Tu andas por la playa mientras piensas en tu vida, miras a lo lejos el
mar, tan grande tan poderoso, las olas vienen e van, algunas veces tranquilas,
otras ni tanto... Tu caminas, la arena a bajo de tus pies te hace muy bien,
sientes una calma invadirte, miras otra vez el mar, él te invita a llegar mas
cerca, puedes oírlo llamandote.
De repente el água yá es capaz de mojar tus pies, que te conducen algún lugar más allá del horizonte. Estás un poco carente, todo lo que deseas es olvidarte de los problemas, tus lástimas, olvidarte del mundo y de todo que hiere tu corazón..., por esto cree que el mar es un refugio.
De repente el água yá es capaz de mojar tus pies, que te conducen algún lugar más allá del horizonte. Estás un poco carente, todo lo que deseas es olvidarte de los problemas, tus lástimas, olvidarte del mundo y de todo que hiere tu corazón..., por esto cree que el mar es un refugio.
Tu te dejas llevar por las olas, en principio ellas son
pequeñas, y se quebran antes de llegar al margen, despues otra ola y otra, quando te das cuenta, ya está lejos
de la playa, tu intentas en vano gritar, pero nadie puede oirte, estas lejos,
estas ahogandote en el mar, que te sedujó, que te encantó con su canto, y ahora
estás siendo tragado por él, y te parecias que él era tan dulce, te parecias que
él te sacaria del pecho el dolor que te afligia, te engañastes.
Así también
sucede cuándo somos sucumbidos por la ilusión. Muchas veces pensamos, que el
mundo es malo, que Diós no es un buen amigo, entonces en estos momentos en que
nos falta la fé, nos transportamos, através de nuestra mente, para algún lugar
dónde creemos que sea mejor, y que nos parece la solución para todos las
dificultades. Pero no es, este es como un laberinto, lleno de trampas que nos
hacen tontos y sin voluntad de buscar la puerta de salida.
Quando esto pasa nos
quedamos tan perdidos que somos incapaces de verla, y ella tan cerca, abierta
esperandonos, deseando que la percibamos y pasemos por ella, para vivir una
realidad, que a pesar de traernos pesares, es más leve que la ilusión, esta sí
es un fardo. Es como el mar, mirando a lo lejos transmite tranquilidad, pero
cuando estamos dentro de él, es que conocemos su verdadera naturaleza.